Sistema de salud: Desfinanciación versus atención de calidad

Desde hace años, el sistema de salud brindado a través de obras sociales y prepagas atraviesa una situación cada vez más crítica. Y en ese contexto, los profesionales de la salud, en general, y los odontólogos, en particular, procuramos sostener una atención de calidad en la población.

Estas prácticas de calidad tienen un arancel, que surge de la estructura de costos, realizada con el Colegio de Odontólogos y avales universitarios y no de una manera caprichosa: es calculado seriamente y es real. Está compuesto por dos elementos:

– los costos, es decir, los gastos: entre ellos, toda la infraestructura y los insumos que demanda cada práctica (atados a valor dólar).

– los honorarios profesionales.

Vale aclarar que, a estos aranceles, el Círculo Odontológico Santafesino les hace una quita de 30 % de honorarios profesionales, para que resulte un arancel coherente a este sistema que, justamente, es un sistema social.

Hoy, la crítica situación nos coloca en una posición de lucha, para poder lograr, mínimamente, que esos aranceles lleguen a superar los costos del trabajo en el consultorio.

Hace varios años, los aranceles odontológicos se vienen deteriorando, poco a poco, por diversos motivos:

1°) los aumentos no son trasladados, en su totalidad ni en forma inmediata, desde las obras sociales a los prestadores de salud

2°) el alto índice inflacionario, que nos impacta particularmente, porque el pago de lo trabajado nos llega 3-4 meses después de realizada la práctica.

Esto habla claramente de un sistema perverso para todos los prestadores de salud. Y es por ello que el índice inflacionario y la dolarización de los insumos nos afectan fuertemente y en forma directa, sobre todo, en momentos como los que estamos pasando en el país.

Lo que necesitamos es que esta discusión, el análisis del sistema de salud, se haga considerando este contexto y con personas que nos puedan brindar una respuesta, tanto a los profesionales de la salud como a la población. Hoy en día esta “discusión” se da dentro del consultorio. Porque, en caso de tener que cobrar una diferencia, es el profesional quien debe explicar al paciente por qué lo hace. Cada odontólogo tiene fundamentos suficientes, con información disponible, para mostrar al paciente la estructura de costos mencionada, cuánto y cuándo paga su obra social, etc. Pero este es un rol que el profesional no tiene por qué verse forzado a asumir: no corresponde. Mientras tanto, al paciente, afiliado a una obra social que claramente es el que aporta todos los meses al sistema y al que le cuesta realizar ese aporte, cuando hay aumentos autorizados por Superintendencia de Servicios de Salud, le repercuten inmediatamente, al 100 % y del 1 al 10, en la cuota mensual.

Nuestra ética profesional nos impide negociar la calidad de nuestro servicio dependiendo del valor que nos abona cada Obra Social. Es INNEGOCIABLE la calidad porque hablamos de SALUD.

Las obras sociales deben sincerar la situación con sus afiliados, reconociendo que no pueden cubrir el 100 % de las prestaciones porque eso está lejos de la realidad: el arancel que abonan no alcanza para brindar esa atención bucal de calidad, que trasciende lo estético y que demanda prevención y cuidado constante de una parte de nuestro cuerpo que enferma al igual que el resto. Es crucial establecer esta diferencia para que sea transparente, sobre todo, para el paciente.

Debemos dar un debate profundo sobre nuestro sistema de salud. Por eso, requerimos al Gobierno de la provincia que analice la financiación de la obra social provincial – o más bien, que vea la desfinanciación que está sufriendo-. Y al Ministerio de Salud y a la Superintendencia de Servicios de Salud, les pedimos que tomen cartas en el asunto: somos profesionales de la salud y queremos vivir de los que nos gusta hacer… brindar salud de calidad a nuestra población”.

Círculo Odontológico Santafesino

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